El contrabando es un delito que tiene un gran impacto en la economía de nuestro país. Según la Cámara Nacional de Comercio (CNC), este problema genera un movimiento de aproximadamente 3.600 millones de dólares al año, lo que representa cerca del 9% del Producto Interno Bruto (PIB) de Bolivia. Los empresarios privados, que son los más afectados, solicitan al gobierno medidas de control más efectivas para combatir este delito.
Mario Paredes, presidente de la CNC, expresó su preocupación al afirmar: «El contrabando representa el 9% del PIB, estamos hablando de 3.600 millones de dólares que ingresan de manera ilegal, sin pagar impuestos ni generar empleo para nadie. Es un problema grave que está en constante crecimiento».
Para hacer frente a esta situación, el viceministro de Lucha contra el Contrabando, Daniel Vargas, informó que hasta ahora se han llevado a cabo cerca de 15.000 operativos este año, y se han incautado mercancías por un valor aproximado de 580 millones de dólares. Estos datos se basan en la información presentada recientemente en el evento nacional «La lucha contra el contrabando es tarea de todos», organizado por la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo Cainco.
Muchos de los involucrados en el contrabando pertenecen a clanes familiares armados que han establecido estructuras delictivas, enfrentándose a las fuerzas del orden para introducir mercancías ilegales al país. Además, se estima que aproximadamente 2 millones de personas en el país trabajan con productos de contrabando. Estas personas han normalizado el comercio ilegal estableciendo ferias en diferentes lugares de las captales de departamento, sin que ninguna autoridad logre detener esta actividad que continúa en aumento.
En el caso específico de Cochabamba, Luis Laredo presidente de los empresarios privados mencionó que alrededor de 460 mil personas están directa o indirectamente vinculadas a la actividad ilícita del contrabando. Estas cifras demuestran el fortalecimiento del comercio de productos ingresados ilegalmente al país, en detrimento del sector productivo formal que es perjudicada.
De acuerdo a Laredo, la capacidad productiva de las empresas se ha reducido en un 25% en el último año debido al contrabando y otros factores, lo que ha resultado en una pérdida de empleo del 4,7%. Además, se ha observado un crecimiento de la economía informal, que pasó del 78% hace algunos años al 82% en la actualidad. Esto significa que solo el 18% de la economía boliviana es formal y la que aporta con el pago de los impuestos.
Los empresarios señalan que es de esperar que el Gobierno incentive, promueva y facilite la inversión privada. Necesitamos incentivos que apoyen a la formalización. Así tendremos una base de emprendimientos privados cada vez más robusta, que aporte con impuestos y empleos dignos.
También, las fiscalizaciones a empresas formales deben reemplazarse por fiscalizaciones continuas en fronteras y mercados informales, que matan a la industria nacional y comercio formal.
Redacción central y agencias
Portada RRSS