Mar. Nov 18th, 2025

Autopsia inicial del Estado: Gobierno revela un hueco fiscal de Bs7.661 millones

El Gobierno destapó una deuda total de Bs7.661 MM —incluida una parte jamás registrada— y una Cuenta Única del Tesoro casi vacía. Con el IDH desplomado y pagos inmediatos por millones, la administración Paz enfrenta un Estado al borde del paro cardiaco. Ya no se habla de déficit: se habla de sobrevivir semana a semana.

El ministro de Economía, Gabriel Espinoza, lanzó una advertencia que estremece al país: “al Estado se le está haciendo una autopsia”. Y los hallazgos, lejos de ser simples desajustes administrativos, dibujan un cuerpo institucional devastado. Con apenas Bs2.312 millones en la Cuenta Única del Tesoro y deudas registradas que superan los Bs2.400 millones, el Gobierno revela que el problema real estaba oculto: una deuda no registrada de Bs5.586 millones que eleva el agujero fiscal a un abrumador total de Bs7.661 millones.

La situación no es solo crítica, es urgente. El desplome del IDH —producto de decisiones acumuladas del MAS, según Espinoza— dejó sin financiamiento sostenible a la Renta Dignidad, obligando al Tesoro a cubrir necesidades inmediatas. Solo esta semana, se requieren Bs90 millones para no afectar a cientos de miles de beneficiarios. Y mientras el país intenta estabilizar sus finanzas, los pagos externos por $us178,6 millones y obligaciones internas por Bs5.590,8 millones golpean una caja estatal que ya no resiste más parches.

Espinoza no oculta la gravedad: el Estado está viviendo al día, dependiendo de una liquidez mínima que se evapora cada semana. La autopsia no solo revela desorden, sino una estructura financiera que colapsó mucho antes de que se reconociera públicamente. No se trata de un déficit manejable ni de ajustes previsibles; se trata de enfrentar un vacío fiscal acumulado, silencioso y profundo que nadie quiso mostrar hasta ahora.

El Gobierno asegura que no llegó para maquillar cifras, sino para “ordenar y reconstruir”. Pero la magnitud del daño obliga a un nuevo pacto con la ciudadanía: transparencia total, planificación seria y control social permanente. Porque cuando un Estado opera al borde del abismo, cualquier error —técnico, político o comunicacional— puede convertirse en el detonante de una crisis de dimensiones impredecibles. Aquí ya no hay espacio para improvisaciones; hay, literalmente, que revivir al Estado antes de que la caída sea irreversible.

Redacción central La Paz

Siguenos y comparte:

About Author

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Categorías