Desde la cárcel, la expresidenta Jeanine Áñez acusó al expresidente Evo Morales de evadir responsabilidades judiciales durante más de 20 años. Según Áñez, Morales no solo se burla de la justicia, sino que continúa ejerciendo influencia política desde las sombras, organizando marchas y cuestionando al mismo gobierno del MAS, al que aún respalda públicamente. La exmandataria remarcó que las acciones del líder cocalero no deben desviar la atención de los graves crímenes de los que se le acusa, incluyendo presuntos abusos contra menores y su papel en los conflictos sociales que marcaron su gobierno.
Áñez también llamó la atención sobre el caso del General Pablo Guerra, quien, a pesar de enfrentar un cáncer de próstata en estado avanzado, es obligado a asistir a las audiencias judiciales relacionadas con el caso denominado Patraña 3. Para Áñez, este juicio carece de legitimidad hasta que Morales sea incluido como autor intelectual de los intentos de sabotaje a la planta de Senkata en 2019, que derivaron en una crisis humanitaria en la ciudad de El Alto. La exmandataria consideró que las condiciones desiguales de estos procesos evidencian la parcialidad del sistema judicial boliviano.
La expresidenta reiteró su demanda de justicia para las víctimas de los hechos violentos en Senkata, calificando la falta de investigaciones contra Morales como un acto de cobardía y manipulación política. Según Áñez, el silencio sobre las responsabilidades del exmandatario solo perpetúa la impunidad en el país, minando la confianza en las instituciones y profundizando las heridas sociales. Añez pretende mantener vivo el debate sobre el acceso equitativo a la justicia y las responsabilidades que aún no han sido esclarecidas en uno de los episodios más oscuros de la historia reciente de Bolivia.
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