En medio de la campaña electoral, el candidato a la Vicepresidencia, Juan Pablo Velasco, rompió el silencio sobre las acusaciones que apuntan a su familia por el colapso del ex Banco Fassil. En una entrevista en La Mañana en Directo de ERBOL, Velasco rechazó que se le vincule directamente con hechos en los que no participó y defendió la separación entre la responsabilidad personal y la responsabilidad familiar.
“Uno no puede hacerse cargo por problemas, por errores o por cosas de otros. Imagínese que usted se equivoque en algún momento y su hijo no tenga nada que ver y le caigan a su hijo por eso. Seguramente usted se va a sentir mal… Porque los hijos son lo más sagrado que uno tiene.”— Juan Pablo Velasco, La Mañana en Directo (ERBOL)
La reacción pública llega después de que se reavivaran las críticas en torno al proceso judicial y la quiebra del banco, que incluyó a varios exdirectivos condenados. Velasco subrayó que no recibió beneficios personales relacionados con las actividades financieras atribuidas a su familia y que las imputaciones buscan, según él, desgastar su candidatura más que esclarecer responsabilidades concretas.
Este episodio expone una práctica recurrente en las campañas: traer a la esfera pública hechos familiares y privados para marcar la agenda política. En sistemas democráticos en los que la comunicación y la percepción pública son decisivas, el uso de vínculos familiares como arma política suele provocar dos efectos simultáneos: polariza al electorado y desplaza el debate de lo programático a lo personal.
Velasco insistió en que los debates deben centrarse en propuestas y capacidades y no en lo que él calificó como “transferencia automática de culpas”. Para muchos analistas, sin embargo, la mera asociación mediática entre un candidato y hechos controvertidos de un familiar puede ser suficiente para generar desconfianza, incluso si no existe vínculo jurídico o económico directo.
La controversia plantea un dilema ético y periodístico: ¿hasta qué punto la vida privada y los lazos familiares deben formar parte del escrutinio público en campañas electorales? Mientras la respuesta pública varía, la práctica continúa siendo moneda corriente en la política boliviana, donde la línea entre lo personal y lo público a menudo se vuelve borrosa.
Redacción central La Paz