El presidente Luis Arce vivió un momento incómodo y revelador durante el Congreso Nacional Ordinario de la Federación Nacional de Cooperativas Mineras de Bolivia (Fencomin), celebrado en Santa Cruz. La transmisión en vivo del canal estatal captó cómo, al iniciar su discurso, el mandatario fue recibido con una ola de silbidos y abucheos provenientes de delegaciones mineras de distintos departamentos. Los gestos de incomodidad en el rostro de Arce fueron evidentes, mientras intentaba continuar su intervención en medio de una audiencia visiblemente molesta. A pesar de los intentos de los organizadores y dirigentes mineros por restablecer el orden y pedir respeto, el bullicio persistió, generando un ambiente tenso e incontrolable.
La incomodidad se intensificó cuando, a pesar de los anuncios presidenciales sobre la entrega de 114 nuevas áreas mineras y la liberación de terrenos previamente revertidos, el descontento del sector no cesó. Las reacciones negativas de los asistentes pusieron en evidencia una fractura entre el Gobierno y las cooperativas mineras, un sector que históricamente ha jugado un papel clave en la política boliviana. El tono de Arce se tornó más serio al advertir que “con silbidos no se resuelven los problemas, ni con aplausos”, en un intento de retomar el control del evento. Sin embargo, el eco de la desaprobación marcó el ritmo de su intervención, dejando en claro que las concesiones anunciadas no bastaron para disipar el malestar.
Este episodio, más allá de un simple momento incómodo, refleja el complejo escenario político que enfrenta Luis Arce, donde sectores estratégicos como el minero expresan abiertamente su insatisfacción. La exposición del desaire en vivo no solo impactó a la opinión pública, sino que también envió un mensaje claro sobre las tensiones internas que persisten en el país. A pesar de los esfuerzos del mandatario por calmar las aguas con promesas de beneficios para el sector, los silbidos resonaron como un recordatorio de que el respaldo de las bases no está garantizado y que los desafíos para consolidar su liderazgo son cada vez más evidentes.
Redaccion central