La crisis de combustibles en Bolivia ha generado preocupación en la población, con reportes de largas filas en estaciones de servicio y dificultades en el transporte y la producción. Frente a esta situación, el presidente Luis Arce ha asegurado que su gobierno no abandonará a la ciudadanía y que está tomando medidas urgentes para estabilizar el mercado.
El plan de abastecimiento incluye la descarga y posterior internación de los carburantes en el país lo más rápido posible. En la Terminal de Sica Sica, actualmente hay 38 millones de litros de diésel que ya están siendo distribuidos a diferentes puntos del país. Con este ritmo, el gobierno espera recuperar la normalidad en los surtidores y evitar una crisis mayor en sectores estratégicos como el transporte y la industria.
El suministro de combustibles ha sido un tema sensible en los últimos meses, con denuncias sobre problemas logísticos y de pago a proveedores internacionales. Sin embargo, desde el ejecutivo aseguran que la situación está bajo control y que los esfuerzos se centran en agilizar la llegada y distribución del producto.
Redacción central