Meta anunció un cambio radical en sus políticas de contenido, eliminando el programa de verificadores de datos independientes que implementó en 2016. En su lugar, adoptará un sistema de “Notas de la Comunidad”, inspirado en el modelo utilizado por X (antes Twitter). Este sistema permitirá a los usuarios añadir contexto a publicaciones controvertidas, con la intención de fomentar un debate más abierto y democrático. Sin embargo, algunos analistas advierten que esta medida podría facilitar la propagación de desinformación en un entorno de menor supervisión.
La decisión también incluye un incremento en la visibilidad del contenido político, un giro significativo en las políticas de la compañía, que anteriormente limitaban la promoción de este tipo de publicaciones. Según Zuckerberg, esta medida refleja el compromiso de Meta con la libertad de expresión, incluso en temas sensibles. No obstante, críticos señalan que este enfoque podría reforzar burbujas informativas y polarización social, exacerbando los desafíos que ya enfrentan las democracias en la era digital.
Aunque Meta argumenta que estas reformas apuntan a devolverle el control a sus usuarios y promover la transparencia, las contradicciones en sus acciones han despertado controversia. Mientras reduce la censura, la compañía ha sido acusada de bloquear contenido relacionado con derechos reproductivos, como la venta de píldoras abortivas. Esta aparente contradicción ha llevado a cuestionamientos sobre si la «libertad de expresión» que promueve Meta es verdaderamente inclusiva o si responde a intereses políticos y económicos más amplios.