Según datos de la Autoridad de Fiscalización del Juego (AJ), señala que la única empresa con licencia de operaciones en Bolivia, Curucusi, pagó Bs. 8.47 millones por el Impuesto al Juego ( IJ )en 2023 y Bs. 7.08 millones en 2024. Sin embargo, se desconoce qué método se utilizó para determinar estos montos, ya que la base imponible del impuesto fue eliminada por una sentencia del Tribunal Constitucional.
Por otro lado, el Impuesto a la Participación en Juegos (IPJ), que grava directamente las apuestas de los jugadores con una alícuota del 15%, refleja cifras inusualmente bajas. En 2023, la recaudación por este tributo fue de Bs. 609. En 2024, la situación no mejoró: Bs. 1,166 recaudados por el concepto de juegos de azar.
La contradicción entre ambos tributos genera dudas sobre la transparencia en la fiscalización del sector. Si el IJ refleja ingresos millonarios, el IPJ debería mostrar apuestas significativas, lo que no ocurre. En consecuencia esa inconsistencia, debiera ser explicada por las instituciones involucradas con el control y el cobro.
Proyecto de ley estancado y un mercado ilegal en auge
Mientras el mercado formal opera con incertidumbre, el juego clandestino sigue creciendo sin control ni pago de tributos. En 2010, se estimó que los impuestos al juego generarían Bs. 200 millones anuales, pero en la actualidad apenas se recaudan Bs. 7-8 millones por el IJ.
En este contexto, la Asamblea Legislativa mantiene en pausa el proyecto de ley PLA Nº 250/2018-2021, que busca una nueva alícuota del IJ ya que el 30% hacía inviable las operaciones reguladas en Bolivia. Sin embargo, no se especifica si esta alícuota se aplicará sobre ingresos brutos o netos, lo que podría agravar la crisis del sector y expulsar a la única empresa legal del mercado en caso de que la determinación sea en base al primer concepto.
Oportunidad de inversión y empleo
La falta de reglas claras no solo afecta la recaudación fiscal, sino que también limita el ingreso de operadores internacionales que podrían dinamizar el sector. Con una normativa estable y transparente, Bolivia podría atraer inversiones extranjeras, generar empleo y fortalecer los ingresos estatales, asegurando al mismo tiempo una regulación efectiva que evite problemas como la ludopatía.
Redacción central y análisis