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En una publicación del Centro Interamericano de Administraciones Tributarias CIAT, bajo el título: UN NUEVO MODELO DE ADMINISTRACIÓN TRIBUTARIA, los autores de la investigación Alberto Barreix y Jerónimo Roca proponen un nuevo modelo para mejorar la salud de las recaudaciones tributarias en Uruguay .
De acuerdo a la investigación sólo el 11% de las acciones de fiscalización dan resultado. A nivel internacional y dependiendo del país, alcanzan entre el 35% o 40% porque la selección de los contribuyentes a auditar se sustentan en análisis de riesgo de defraudación a los que se suman los problemas con la cuenta corriente y el incremento de litigios.
Señalan los autores, refiriéndose al incremento de los litigios, que los mismos tardan años, presumiendo en términos económicos como si no existieran, porque crea incertidumbre a la administración tributaria y a los contribuyentes que deciden recurrir a esa instancia por lo que se propone la creación de un Tribunal Fiscal como instancia administrativa pero independiente elegido por decanos de universidades y el poder ejecutivo. Sin embargo, el contribuyente podría recurrir también a la justicia ordinaria como ocurre en Bolivia.
Otro de los aspectos en los que se centra el estudio, es la necesidad de crear una Unidad de Control de Ética y el Tribunal Superior de Concursos para asegurar la participación de la sociedad civil en el control de la integridad y la eficiencia de la administración tributaria. En ese ámbito, la Unidad tendría dos funciones, hacer cumplir el Código de ética de la institución y hacer seguimiento a los indicadores de cumplimiento del plan estratégico.
Luego de otras consideraciones y justificaciones de análisis, la investigación señala que, tratándose de una administración tributaria clave para la salud económica de Uruguay, sería incorrecto pensar que la solución pasa por la eliminación del secreto bancario, más computadoras, capacitación, prisión para los evasores, entre otros.
De ahí surge la necesidad de potenciar los buenos recursos humanos, reestructurando el modelo actual con buenas remuneraciones en función de su productividad y el control de la sociedad civil.
Asimismo, los autores reconocen la incapacidad de modelizar el equilibrio perverso que ha permitido que la situación de la administración tributaria descrita, con el alto costo económico que representa para el país, haya permanecido inalterado por tanto tiempo, aún en conocimiento de toda la sociedad.
No obstante, parece claro que los ganadores, quienes se benefician de este status quo, son principalmente los evasores y elusores.