Para que una noche de descanso sea reparadora, entran en juego multitud de factores. Evitar la «temible» luz azul , hacer ejercicio físico, olvidar las cenas copiosas, contar con la temperatura adecuada en la habitación … pero otro factor que se debe tener en cuenta, que suele darse por sentado pero que muchas veces olvidamos, es la buena postura, elemento esencial para un placentero sueño.
Hay cosas que son difíciles de cambiar una vez que las tenemos incluidas en nuestra rutina. Por ello, si tenemos la costumbre de dormir boca arriba, de lado, con las piernas estiradas, o de cualquier otra forma en concreto, es normal que cada noche repitamos la misma postura de manera inconsciente. Y, si esta postura no es correcta, puede terminar por acarrear algún problema muscular.
Los más obvios son los posturales; todos nos hemos levantado algún día con un terrible dolor de cuello por dormir en una postura extraña, pero puede que encontremos otro tipo de factores negativos. Así lo explica el doctor Carles Gaig, coordinador del grupo de estudio de trastornos de la vigilia y sueño de la Sociedad Española de Neurología (SEN): «Hay posturas que pueden predisponer a determinados problemas de sueño, principalmente a una apnea obstructiva». Comenta el doctor Gaig que, al dormir boca arriba, creamos una predisposición para que el problema ocurra y puntualiza que «no es que se deje de respirar», sino que nuestra vía respiratoria, específicamente la garganta, se cierra y por ella no puede pasar el aire de manera correcta. «Hay personas que tienen muchas apneas cuando duermen boca arriba, y al dormir de lado desaparecen», apunta.
Cómo encontrar la postura más cómoda
Sobre cómo podemos dormir en una postura y mantenernos en ella, el doctor explica que es muy complicado, pues aunque nosotros sintamos que no nos hemos movido por la noche, es muy probable que sí lo hayamos hecho. «Por ejemplo, si se hace una prueba de sueño, se suele observar que una persona se despierta multitud de veces por la noche, para acomodarse y cambiar de posición», explica el doctor Gaig, que continúa y añade que, aunque no tengamos consciencia por la noche de estos cambios, es muy corriente despertarnos tan solo unos segundos y ajustar nuestra posición. «Si, por ejemplo, nos dormimos boca abajo y no estamos cómodos, es posible que nosotros mismos nos cambiemos de postura», dice.
En el caso de problemas como las apneas generadas por dormir boca arriba, el doctor deja el siguiente «truco»: «Una cosa que recomendamos es poner algo incómodo en nuestra espalda, para así que nos sea imposible dormir boca arriba; podemos coser un par de pequeños bolsillos en la parte de atrás de una camiseta (uno en la zona lumbar y uno más arriba) e introducir dentro un par de pelotas. Así, al girarnos estaremos molestos, y volveremos a la posición de lado».
Las ventajas de dormir de lado
Por último, es importante tener en cuenta las consecuencias posturales de dormir en posiciones «poco ortodoxas». Por ello, a nivel muscular lo más correcto es dormir de lado: de esta manera, conseguimos mantener nuestra espalda recta durante el descanso, lo que fomenta la comodidad a la hora de dormir y cuida nuestra salud postural. Si, aunque conciliemos el sueño en esta postura, al despertar vemos que estamos, por ejemplo, boca abajo, una posición que crea mucha tensión innecesaria en la zona de nuestro cuello, podemos ayudarnos de una almohada, colocada entre las piernas, para así mantener la postura lateral durante la noche.
Consejos básicos para dormir bien
Más allá de mantener una buena postura, debemos tener cuenta varios factores para conseguir tener la noche de sueño más reparador posible. Por ello, es importante seguir unas pautas básicas, que hagan que creemos una rutina de sueño y siempre descansemos bien:
– No utilizar aparatos electrónicos antes de dormir: El doctor Oriol Franch, jefe de la Unidad de Neurología del Hospital Ruber Internacional, explica que es muy importante evitar las distracciones antes de irse a la cama: «No debemos utilizar la tablet o el móvil, o tratar temas profesionales hasta última hora. Estos hábitos son muy perjudiciales».
– Cuidar la temperatura: Es muy importante tener en cuenta la temperatura de la habitación, algo imprescindible para dormir sin interrupciones. Lo ideal es que la estancia esté debidamente ventilada y que se encuentre entre los 18 y 22 grados.
– Despertar con el sol: El doctor Carlos Egea, miembro de la Sociedad Española de Sueño (SES), comenta la importancia de establecer unos «patrones cronológicos». Por ello, lo ideal es ajustar nuestro sueño a los ritmos del patrón del sol: acostarse unas horas después de que anochezca y despertarse con la llegada de las primeras horas de luz del día.
Con ABC