El acuerdo de libre comercio entre la UE y el Mercosur abre una nueva era de oportunidades económicas, facilitando el comercio de una amplia gama de productos agrícolas, industriales, textiles y de consumo. Los productores de carne de res, pollo, cerdo, lácteos, vino, frutas y verduras en Sudamérica se beneficiarán de la reducción de aranceles, mientras que los consumidores europeos disfrutarán de una mayor variedad de productos a precios más competitivos. Además, los sectores industriales y de maquinaria verán un aumento en el intercambio de tecnología y conocimientos.
No obstante, el acuerdo no ha sido recibido con el mismo entusiasmo en toda Europa. Países como Francia e Italia han expresado preocupaciones sobre la competencia desleal que podría afectar a sus agricultores. La reducción de aranceles a productos agrícolas del Mercosur podría perjudicar la producción local europea, generando tensiones en sectores que ya enfrentan desafíos significativos. Este aspecto del acuerdo requerirá cuidadosas negociaciones y posiblemente compensaciones para los sectores más vulnerables.
Las organizaciones medioambientales también han alzado su voz, preocupadas por el impacto potencial del acuerdo en la Amazonia y el clima global. La expansión agrícola en el Mercosur, incentivada por el acceso a nuevos mercados, podría aumentar la deforestación y las emisiones de gases de efecto invernadero. Estos desafíos medioambientales subrayan la necesidad de que el acuerdo incluya mecanismos robustos para la protección del medio ambiente y la sostenibilidad.