Las controversiales declaraciones del presidente Luis Arce, responsabilizando a los «cambas» de Santa Cruz por el alza de precios de productos básicos como el arroz y el aceite, han desatado una ola de críticas. Durante un evento en El Alto, Arce comentó que «otra vez, como en 2007 y 2008, los cambitas nos están jugando sucio» en referencia al aumento de precios. Esto provocó una fuerte reacción de diversos líderes cruceños, quienes acusan al mandatario de fomentar la polarización regional y desviar la atención de los problemas económicos que enfrenta el país.
El gobernador electo que guarda una detención de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, criticó duramente a Arce, señalando que el presidente tiene un «odio» hacia Santa Cruz y que intenta dividir al país para ocultar la ineficacia de su gobierno. Camacho destacó que Santa Cruz es un motor económico crucial para Bolivia, aportando significativamente al Producto Interno Bruto y sosteniendo la seguridad alimentaria del país. A su vez, el presidente del Comité Cívico, Fernando Larach, calificó las declaraciones de Arce como una afrenta y discriminación contra Santa Cruz, reiterando que los problemas económicos del país son resultado de la mala gestión del gobierno.
La Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) también manifestó su descontento, invitando a Arce a visitar Santa Cruz para entender mejor la situación del sector productivo y pidiendo medidas concretas como la liberación de la importación y comercialización de combustibles. Vicente Cuéllar, rector de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno, afirmó que las declaraciones del presidente atacan el modelo productivo cruceño y la ciudadanía, y que la estrategia del gobierno es polarizar al país para desviar la atención de sus fallos. La presidenta de la Brigada Parlamentaria Cruceña, Laura Rojas, coincidió en que el gobierno del MAS vive de la confrontación y la polarización.
Finalmente, otras figuras como el empresario Branko Marinkovic y el senador Erik Morón señalaron que el gobierno del MAS ha intentado dividir a Bolivia durante casi 20 años, y que los comentarios de Arce solo agravan la crisis económica. Marinkovic expresó que las declaraciones del presidente solo profundizan la división y la crisis, mientras que Morón afirmó que el verdadero problema es el «masismo» y su odio hacia Santa Cruz. Incluso dentro del MAS, el diputado Ányelo Céspedes criticó a Arce por atacar a Santa Cruz, subrayando que la región genera empleo y es fundamental para la economía boliviana.