En el marco del 16º aniversario del Estado Plurinacional de Bolivia, el expresidente Evo Morales expresó su descontento y preocupación por el rumbo actual del país. En una entrevista con Kawsachun Coca, Morales aseguró que «no hay nada que celebrar» debido a la grave crisis económica, social y política que atraviesa Bolivia. Según el exmandatario, el Estado ha perdido su capacidad de gestión, dando paso a un modelo dominado por el mercado, lo que ha generado desabastecimiento de gasolina y dólares, una situación que consideró incluso peor que en la época de los «neoliberales».
Morales destacó los logros alcanzados durante sus 14 años de gobierno, en contraste con el presente. Subrayó que en su administración, los movimientos sociales fueron reconocidos como actores fundamentales del cambio y se priorizó una economía administrada por el Estado, lo que permitió el crecimiento y la estabilidad. Sin embargo, criticó la parálisis de proyectos clave, como carreteras, fábricas de cemento y la industrialización del litio, así como la falta de visión estratégica en el sector energético. Según Morales, estos problemas reflejan un retorno a un modelo colonial que excluye a los sectores populares.
El exmandatario también arremetió contra el manejo político del actual gobierno, acusándolo de centrarse en disputas internas y persecuciones, en lugar de resolver las demandas sociales. Además, señaló que la subvención de hidrocarburos, que ahora alcanza cifras insostenibles, está dejando al país sin futuro. «No se puede decir que vivimos el Estado Plurinacional si los marchistas están secuestrados y las necesidades del pueblo no son atendidas», afirmó Morales, enfatizando que el retroceso actual compromete los avances logrados en las últimas décadas.