Mar. Mar 25th, 2025

YPFB admite que no puede cubrir la demanda de combustible mientras la crisis de divisas golpea la economía

La escasez de dólares en Bolivia ha llevado a YPFB a reducir el abastecimiento de combustibles, entregando solo entre el 40% y 50% de la demanda. El presidente de la estatal petrolera, Armin Dorgathen, atribuyó la crisis a la falta de aprobación de créditos por parte de la Asamblea Legislativa, lo que ha impedido realizar pagos a proveedores internacionales. Mientras cientos de cisternas con diésel permanecen varadas en el puerto de Arica, sectores como el minero y el agroindustrial enfrentan serias dificultades para mantener sus actividades, presionando al Gobierno en un contexto de creciente tensión política y social.

El presidente de YPFB, Armin Dorgathen, confirmó que la empresa estatal no puede garantizar el abastecimiento pleno de combustibles debido a la falta de divisas para realizar pagos internacionales. Como consecuencia, cerca de 500 cisternas con diésel permanecen varadas en el puerto de Arica, Chile, a la espera de que el Estado boliviano cumpla con los compromisos financieros necesarios para su traslado al país.

Esta situación ha generado preocupación en sectores estratégicos como el minero y el agroindustrial, que dependen del diésel para continuar sus operaciones. La agroindustria, en particular, advirtió que el desabastecimiento podría afectar la producción y exportación de alimentos, con impactos negativos en la economía nacional.

Para paliar la crisis, YPFB ha propuesto una solución temporal: la importación de combustibles a precio internacional, dirigida principalmente a sectores productivos como el cooperativismo minero. Sin embargo, el ministro de Hidrocarburos, Alejandro Gallardo, reconoció que esta medida no resolverá el problema estructural y que, por ahora, solo se está cubriendo entre el 40% y 50% de la demanda.

A nivel político, el Gobierno ha responsabilizado a la Asamblea Legislativa por no aprobar créditos por más de 1.667 millones de dólares, de los cuales al menos 500 millones serían de libre disponibilidad y podrían usarse para mitigar la crisis. En contraste, sectores opositores y críticos dentro del propio oficialismo acusan al Ejecutivo de una mala gestión económica que ha llevado al país a la actual situación.

La crisis del combustible no solo ha generado largas filas en las estaciones de servicio, sino que también ha provocado protestas y bloqueos, como el instalado por los interculturales de Yapacaní, quienes exigen una solución inmediata. Con un panorama incierto y una creciente presión de distintos sectores, el Gobierno enfrenta un desafío complejo que pone a prueba su capacidad de gestión y negociación en medio de una economía debilitada.

Redaccion central y agencias

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