En el marco de la conmemoración del 146 aniversario de la Defensa de Calama, el presidente boliviano, Luis Arce, dio un paso significativo en la política exterior del país al ordenar la disolución de la Dirección Estratégica de Reivindicación Marítima, Silala y Recursos Hídricos Internacionales (Diremar). La decisión responde a que los objetivos de este organismo, creado para gestionar las demandas marítimas bolivianas, «ya llegaron a su final».
Junto a esta medida, el mandatario informó sobre una evaluación integral de los litigios iniciados en la Corte Internacional de Justicia (CIJ), con el fin de transparentar los detalles de estos procesos y comprender a fondo sus implicaciones. La revisión incluirá la histórica demanda de 2013 contra Chile, en la que Bolivia buscaba obligar a su vecino a negociar una salida soberana al océano Pacífico. En 2018, la CIJ falló en contra de Bolivia, estableciendo que Chile no tenía la obligación jurídica de negociar, aunque dejando abierta la posibilidad de un diálogo bilateral.
«Bolivia debe conocer los detalles de estos juicios para entender sus resultados. Con estas decisiones, ingresaremos a una nueva etapa en la relación con Chile», aseguró Arce, enfatizando que la demanda marítima sigue siendo irrenunciable y que se buscarán mecanismos de diálogo basados en el derecho internacional y la diplomacia de los pueblos.
El anuncio marca un cambio en la estrategia boliviana, alejándose de la vía litigiosa y apostando por una diplomacia renovada. No obstante, el mensaje del gobierno boliviano sigue firme: la salida soberana al mar continúa siendo el tema central en la agenda bilateral con Chile.
Redaccion central