Jaime Dunn, uno de los aspirantes presidenciales que busca consolidarse como una alternativa frente a los partidos tradicionales, reveló que su nombre figura en la plataforma “Yo Participo” del TSE como afiliado al MAS, un partido al que —según afirma— nunca ha pertenecido. Calificó esta irregularidad como un “atentado a la credibilidad del sistema democrático” y solicitó la anulación inmediata de dicho registro.
“Es inaceptable que el TSE no cuente con mecanismos efectivos para verificar algo tan básico como una firma antes de registrar a una persona en un partido político”, sostuvo Dunn, quien ya inició un trámite formal para desvincularse de la militancia “trucha”.
El caso de Dunn no sería aislado. En reiteradas ocasiones, ciudadanos han denunciado ser inscritos sin su conocimiento en partidos políticos, especialmente en contextos electorales. Esta práctica, que compromete la transparencia del padrón, se repite elección tras elección sin que el TSE adopte correctivos estructurales, según denuncias públicas y de organizaciones ciudadanas.
El TSE, por su parte, habilitó formularios gratuitos para anular registros irregulares, pero la respuesta suele tardar semanas o meses. Este retraso genera desconfianza y alimenta percepciones de ineficiencia institucional. Dunn aprovechó la oportunidad para exigir una reforma integral del sistema, que incluya el cotejo digitalizado de firmas y la notificación directa a los ciudadanos ante cualquier modificación de su estado en el padrón de militantes.
“La credibilidad del sistema electoral está en juego. Los ciudadanos merecemos confianza en un proceso tan fundamental para la democracia”, remarcó el precandidato.
Este nuevo escándalo se suma a un clima electoral ya polarizado y vuelve a poner sobre la mesa la necesidad de modernizar y blindar el registro de militancia política en Bolivia, de cara a los comicios que se celebrarán en menos de cuatro meses.
Redacción central