Los familiares de un fallecido por sospechas de Covid-19 en la ciudad boliviana de Cochabamba, en el centro del país, cargaron su ataúd en una carretilla y bloquearon una avenida para clamar que las autoridades les ayuden de una vez a enterrarlo, después de siete días de convivencia con el cadáver en la casa sin que se escucharan sus ruegos de auxilio.
El bloqueo entre las calles Simón López y Beijing de la ciudad duró tres horas, hasta que una funeraria se hizo presente para recoger el cuerpo, pero el dramático momento mostró el vía crucis que viven varias familias cochabambinas frente al colapso del sistema funerario de la ciudad por el incremento de los muertos por causa de coronavirus.
Los vecinos se manifestaron para apoyar a la familia denunciando que, por más que habían pedido la ayuda de las autoridades, nadie se hacía cargo de traslado a un cementerio del cadáver de Roly Pinto, que murió el 28 de junio.
“Se les insiste, se les insiste y no hacen caso. Teníamos que tomar medidas porque si no nosotros no hacemos nada, ellos tampoco hacen nada”, relató entre sollozos, en un contacto telefónico con France 24, la hija del fallecido.
Cuando uno habla con la joven y escucha que durante esta semana ha hecho otras denuncias ante los medios, ha suplicado sin éxito a los médicos del sistema departamental de salud de Cochabamba que hagan pruebas de Covid-19 a toda la familia, mientras cuida a su madre y a su abuela de más de 80 años, es difícil imaginar que solo tiene 15 años.
Familiares de un fallecido dejaron su ataúd bloqueando calles en la ciudad de Cochabamba, Bolivia, para pedir un entierro digno el 4 de julio de 2020.
Familiares de un fallecido dejaron su ataúd bloqueando calles en la ciudad de Cochabamba, Bolivia, para pedir un entierro digno el 4 de julio de 2020. © Stringer
“Mi mamá está en shock, mi tío está con ella y yo me estoy haciendo cargo de todo lo que tiene que hacerse”, dijo la joven, de iniciales J.P, al relatar que ella misma se siente enferma y por eso insiste en reclamar que las autoridades envíen a los médicos a su casa y a su barrio.
Erika Herbas: “o se queda en tu casa o no hay de otra”
Otra joven de 23 años, Erika Herbas, relató que durante dos días tuvo el cuerpo de su padre en su casa y que, de igual forma, por más ayuda que solicitaba a la Policía, a funerarias y autoridades sanitarias siempre les respondían que estaban atendiendo otros casos y debía esperar.
“Cuando mi padre murió, la Policía me dijo que espere, que había otros veinte casos que atender antes”, dijo la joven.
Su padre murió también el pasado domingo 28 de junio por sospechas de Covid-19. Dos días después el cuerpo fue retirado por una funeraria y una semana después recién podrá recoger las cenizas, pues la familia decidió recurrir al crematorio del pueblo vecino de Punata ante el colapso del que funciona en Cochabamba, que es la cuarta ciudad por población de Bolivia, con cerca de 700.000 habitantes.
“Me dijeron, o se queda en tu casa o no hay de otra”, contó la joven a France 24, al señalar que en principio los funcionarios sanitarios les habían advertido que, ante el colapso funerario, el cadáver podría estar hasta diez días en el domicilio, algo que finalmente no ocurrió.
Herbas tuvo que trasladarse a Punata para verificar la cremación del cadáver de su padre ante el temor de confusiones de identidad o de que incluso haya cremaciones de dos cuerpos al mismo tiempo, según dijo.
“Estuve presente para confirmar, no quería que me dieran las cenizas de otra persona”, apuntó.
Manifestaciones contra la ampliación del cementerio
Ante la situación, las autoridades municipales han anunciado la ampliación del cementerio principal, lo cual ha provocado la movilización de los vecinos que viven junto al campo santo para impedir que se realice porque temen que ellos también queden infectados.
Andrés Palacios, subalcalde de la comuna Adela Zamudio, en cuya jurisdicción se encuentra el cementerio, dijo a France 24 que de momento se han habilitado 250 espacios para afrontar la urgencia del problema y que en dos semanas más se habilitará un nuevo horno para cremar hasta 15 cadáveres diarios, frente a los seis actuales.
Hay 40 cadáveres en lista de espera para cremación, según los medios.
Palacios está preocupado por el giro que está tomando la pandemia en Cochabamba y sobre todo porque el camposanto de la ciudad está soportando el traslado de cadáveres de todo el departamento, ya que en muchas provincias y zonas rurales hay comunidades campesinas que no están permitiendo el entierro de los sospechosos por Covid 19.
El subalcalde reconoce que hará falta un nuevo cementerio, cuya ubicación debe analizarse a la vista de la susceptibilidad vecinal y las protestas que generan las posibles ampliaciones.
Desde mediados de marzo, oficialmente, Bolivia ha registrado 33.818 casos de coronavirus y 1.320 decesos. En Cochabamba, se han reportado 4,089 casos y 247 muertes.
Sin embargo, las organizaciones de médicos han advertido de que las cifras son relativas, debido a que muchas muertes no se están confirmando y quedan como sospechosos de Covid 19 como en los dos casos ocurridos en las familias Pinto y Herbas.
Con France24