Santa Cruz, 24 de junio de 2024. En Bolivia, la activista María Galindo y el concejal Manuel ‘Mamén’ Saavedra están revolucionando el control social y la lucha contra la corrupción, superando a las instancias oficiales con su valentía y determinación.
María Galindo, una figura destacada en la lucha contra los feminicidios y la violencia de género, utiliza su plataforma «radio documental» en Radio Deseo para denunciar la retardación y la burocracia en la investigación de casos cruciales. Con micrófono en mano, Galindo visita dependencias públicas como la Fiscalía, BOA, el Teleférico, entre otros, exigiendo respuestas y señalando sin temor a las autoridades que fallan en su deber. Su activismo va más allá de las palabras, desafiando la incapacidad y los altos sueldos de quienes, según ella, no cumplen con su trabajo. La valentía de Galindo ha resonado profundamente en la población paceña y boliviana, consolidándola como una voz poderosa en la lucha por la justicia y la igualdad.
Por otro lado, en Santa Cruz, el concejal Manuel ‘Mamén’ Saavedra del partido Demócratas se ha convertido en la pesadilla de muchos funcionarios municipales corruptos. Saavedra, quien inicialmente presentaba denuncias a la Dirección de Transparencia del municipio, pronto se dio cuenta de que esto no llevaba a ninguna parte.
Decidido a hacer una diferencia real, él y su equipo comenzaron a llevar sus denuncias directamente a la Fiscalía Departamental. A través de sus redes sociales, Saavedra expone la corrupción en flagrancia, generando una condena pública que resuena entre la ciudadanía. Aunque reconoce que no siempre puede llevar a los culpables a la cárcel, su trabajo ha dificultado que continúen extorsionando a la gente. Su activismo ha ganado tanta popularidad que muchos le piden que se postule como alcalde en las próximas elecciones municipales.
En un país donde la burocracia y la corrupción suelen prevalecer, la labor incansable de Galindo y Saavedra ofrece una oportunidad de aire fresco. Su enfoque directo y sin filtros no solo ha captado la atención del público, sino que también ha puesto a temblar a más de un funcionario o servidor público.
En un escenario donde las instancias oficiales a menudo fallan en transparentar actos de corrucpción para asumir medidas correctivas, ellos demuestran que la verdadera auditoría social y el control ciudadano pueden venir desde las bases, inspirando a otros a seguir su ejemplo.
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Redacción central y agencias
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