En un acto que ha generado polémica en Bolivia, el diputado oficialista Rolando Cuéllar viajó a Venezuela para asistir a la toma de posesión de Nicolás Maduro, llevando consigo una medalla y un reconocimiento que supuestamente otorga la Cámara de Diputados de Bolivia. El homenaje destaca la «trayectoria democrática» de Maduro, pero la sorpresa no tardó en surgir: la Cámara nunca aprobó tal distinción, lo que plantea dudas sobre la legitimidad de este gesto y deja en el aire si Cuéllar actuó como legislador o como admirador personal del presidente venezolano.
El hecho ha sido duramente criticado por la oposición boliviana, que calificó la acción como un abuso de funciones y una falta de respeto al protocolo legislativo. “Nunca sesionamos para aprobar semejante condecoración”, afirmó la diputada Luciana Campero, quien anunció que se interpondrán acciones legales contra Cuéllar. A su vez, Comunidad Ciudadana advirtió que este tipo de actos no solo comprometen la institucionalidad, sino que también proyectan una imagen de sumisión política ante regímenes cuestionados internacionalmente.
Mientras el diputado se encuentra en Caracas repartiendo honores, el gobierno de Bolivia, encabezado por Luis Arce, guarda silencio sobre el asunto. Esta situación ha puesto en el centro del debate no solo el protagonismo individual de Cuéllar, sino también el nivel de coordinación y transparencia en las relaciones internacionales del país. Por ahora, lo único claro es que el «reconocimiento democrático» de Cuéllar ha hecho más ruido en Bolivia que en Venezuela.