El vicepresidente de Bolivia, David Choquehuanca, sorprendió al declarar que la industrialización de la hoja de coca podría superar los ingresos generados por el gas, una de las principales fuentes de recursos del país. Esta afirmación se enmarca en el proyecto gubernamental de potenciar la economía mediante la revalorización de este recurso ancestral, destacando sus propiedades nutricionales, medicinales y culturales. Según Choquehuanca, la hoja de coca tiene un potencial económico aún inexplorado que, con las inversiones y la investigación adecuadas, podría transformar la matriz económica boliviana.
El gobierno ya está trabajando en esta dirección con la construcción de dos plantas de procesamiento de coca, una en Sacaba (Cochabamba) y otra en Coroico (La Paz), con una inversión conjunta de más de Bs 170 millones. Estas instalaciones se enfocarán en la elaboración de productos como infusiones, harina, cápsulas, caramelos, bebidas energizantes, medicamentos y cosméticos. Además, se están realizando esfuerzos diplomáticos para lograr la desclasificación de la hoja de coca como estupefaciente en la lista de la ONU, lo que abriría las puertas a su comercialización internacional.
Esta apuesta no solo busca diversificar la economía, sino también reducir la dependencia de los ingresos por gas natural, que han mostrado fluctuaciones en el mercado internacional. Con el apoyo de productores de coca y un enfoque en la industrialización y exportación, el gobierno confía en que este recurso ancestral podría convertirse en un motor económico tan importante como el gas, posicionando a Bolivia como líder en el mercado global de derivados de la coca.