El presidente de YPFB, Armin Dorgathen, acusó a Jorge Tuto Quiroga, Carlos Mesa y Evo Morales de utilizar cifras infladas sobre las reservas de gas natural de Bolivia con fines políticos y demagógicos. Durante las gestiones de Quiroga y Mesa, se afirmó que el país contaba con 27 TCF (trillones de pies cúbicos) de gas, cifra que sirvió para que empresas transnacionales incrementaran el valor de sus acciones en la bolsa. Sin embargo, en 2009, una certificación realizada por Ryder Scott desmintió esos datos, estimando las reservas reales en solo 9,94 TCF.
En la gestión de Evo Morales, el manejo de las reservas también estuvo marcado por imprecisiones. Según Dorgathen, en 2013 se cuantificaron 10,1 TCF y en 2017 se alcanzó un máximo de 10,7 TCF, pero los datos no reflejaron el verdadero consumo ni la falta de exploración eficiente. Para finales de 2022, Ryder Scott certificó que las reservas habían caído a 4,04 TCF, un nivel alarmantemente bajo, confirmado en 2023 por DeGolyer and MacNaughton con 4,48 TCF. Esto demuestra un deterioro significativo que contradice los discursos de abundancia promovidos en las anteriores gestiones.
Dorgathen también destacó que la manipulación de cifras tuvo consecuencias graves para el país. En 2005, la ciudadanía votó en un referéndum sobre la Ley de Hidrocarburos creyendo que las reservas ascendían a 27 TCF, una cifra que resultó ser irreal. Esta distorsión no solo afectó la planificación estratégica de la economía, sino también la credibilidad internacional de Bolivia en el manejo de sus recursos naturales.