Las declaraciones de Eva Copa en Bolivia sacuden el tablero político del Movimiento al Socialismo (MAS) al poner en duda la capacidad de Andrónico Rodríguez para tomar decisiones sin la tutela de Evo Morales. La alcaldesa de El Alto cuestionó si el joven senador podrá ejercer un liderazgo propio o si, por el contrario, quedará relegado a seguir los lineamientos del exmandatario. Este señalamiento cobra relevancia en un momento en que el MAS enfrenta tensiones internas y la necesidad de proyectar un liderazgo renovado de cara a las elecciones de 2025, en el que Evo Morales se considera el única candidato justificando que es una decisión de las organizaciones sociales.
El problema central radica en la influencia persistente de Morales dentro del partido, lo que ha dificultado la emergencia de nuevos liderazgos con verdadera autonomía. Aunque Andrónico Rodríguez ha sido visto como una figura de recambio generacional, su margen de acción sigue condicionado por la presencia y las decisiones del exmandatario. Para Copa, este escenario podría resultar perjudicial, ya que sin una apertura real hacia nuevas ideas y liderazgos, el MAS corre el riesgo de estancarse en un modelo de conducción política que ya no responde plenamente a las demandas de la sociedad boliviana.
La advertencia de Copa sobre una posible derrota del MAS en 2025 si no hay unidad apunta a un dilema clave: la unidad no puede basarse únicamente en la adhesión a una figura dominante, sino en la integración de visiones diversas dentro del partido. Rodríguez y otros líderes jóvenes tienen el desafío de demostrar que pueden tomar decisiones sin depender de Morales, consolidando una estructura política más amplia y representativa.
Redaccion central