El presidente de la Cámara Nacional de Comercio (CAINCO), Jean Pierre Antelo, reaccionó rápidamente ante la medida adoptada por el Gobierno de Bolivia, calificando la suspensión de exportaciones como una confirmación de lo que el sector privado había anticipado. Según Antelo, «negar la crisis y apuntar a otros» no es una solución viable para enfrentar la inflación y el desabastecimiento. El dirigente empresarial criticó fuertemente la respuesta del Gobierno, advirtiendo que con esta decisión se incrementará la intervención estatal en la economía, lo que, según su visión, resultará en una mayor pobreza para los bolivianos. “Más Estado, menos exportaciones y más pobreza. Un camino que ya sabemos cómo termina”, expresó con contundencia.
Esta crítica refleja el creciente malestar entre los sectores productivos que dependen de las exportaciones como fuente de ingresos y estabilidad. Para CAINCO y otras organizaciones empresariales, la medida refleja una falta de estrategia para abordar la crisis económica de manera integral, apuntando a soluciones que, en su opinión, podrían tener consecuencias negativas en el mediano y largo plazo. La preocupación de Antelo también recae en el impacto que la suspensión de las exportaciones tendrá sobre la competitividad del país, en especial cuando Bolivia intenta mantener relaciones comerciales con mercados internacionales clave.
Si bien el Gobierno asegura que la medida busca estabilizar los precios y proteger a los consumidores bolivianos, el conflicto con los empresarios resalta una contradicción clave en la política económica actual: el balance entre la seguridad alimentaria interna y la sostenibilidad de un sector exportador que juega un papel crucial en la economía del país. A medida que la situación se desenvuelve, las tensiones entre las autoridades y el sector privado podrían intensificarse, ya que ambos lados buscan asegurar la estabilidad del país, pero con enfoques radicalmente distintos.
Redaccion central y agencias