Manfred Reyes Villa, figura conocida en la política boliviana, está decidido a dar el salto de la alcaldía de Cochabamba a la presidencia del país. Con su agrupación Súmate, el ex prefecto y candidato presidencial en 2002 y 2009 busca consolidarse como una alternativa fresca frente a los tradicionales bloques del MAS y una oposición fragmentada. En un acto, Reyes Villa destacó su gestión municipal como carta de presentación: «Cochabamba es la prueba de que sabemos trabajar por la gente, y eso lo podemos llevar a toda Bolivia», afirmaba en la oportunidad.
Sin embargo, no todo es color de rosa. Los procesos judiciales aunque cerrados con procesos de supuesta duda, siguen siendo un lastre en su imagen. Aunque el alcalde insiste en que se trata de una persecución política orquestada por el MAS, analistas señalan que deberá esforzarse para cambiar la percepción de un electorado escéptico. «Manfred tiene una base sólida en Cochabamba, pero necesita mostrar que puede unir al país y no solo ser el líder de una región», opinó el politólogo Marcelo Arequipa.
En su estrategia, Reyes Villa ha optado por mantenerse al margen de alianzas con otros líderes opositores, confiando en un vínculo directo con la ciudadanía. Su discurso, cargado de promesas de desarrollo y críticas al centralismo, aún queda por verse si logrará seducir al resto del país. Con las elecciones en el horizonte, el «Capitán» —como lo llaman sus seguidores— sabe que el tiempo apremia para transformar su feudo local en un trampolín nacional.
Redaccion central análisis
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