El precio de la carne de pollo, uno de los productos de mayor consumo en Bolivia, registró un alza significativa en los últimos días, generando preocupación entre los consumidores. Según el viceministro de Comercio y Logística Interna, Grover Lacoa, esta situación se debe a un déficit de 100.000 pollos en las granjas, un fenómeno que, según la autoridad, ya fue corregido con la siguiente carga de producción.
Pero, ¿es esta la única razón del incremento de precios? La promesa gubernamental de una reducción inminente del costo del pollo con el inicio de la cosecha de maíz y sorgo plantea interrogantes. Si bien la alimentación de las aves representa un factor clave en la determinación del precio final, la baja en el costo de los insumos agrícolas no impacta de manera inmediata en el mercado. La logística de distribución, la especulación por parte de intermediarios y los costos de producción adicionales, como el precio del combustible y otros insumos, pueden retrasar o incluso neutralizar la reducción esperada.
Además, la volatilidad en el abastecimiento de pollos sugiere que el problema podría ir más allá de una simple disminución temporal en la producción. ¿Se trata de un fenómeno coyuntural o de un problema estructural en la cadena avícola? Mientras el Gobierno insiste en que el precio volverá a la normalidad en los próximos días, los consumidores siguen enfrentando costos elevados y la incertidumbre de si las promesas oficiales se traducirán en un alivio real en los mercados.
Redacción central
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