No son pocas las iniciativas cuyo objetivo es conseguir controlar las picaduras de los mosquitos. Bill Gates apoya un método en el cual los mosquitos se matan entre ellos mediante la genética. Google, por otro lado, prefiere infectar a estos insectos con bacterias que impiden su reproducción. Pero hay otro método poco convencional que también es prometedor: controlar directamente al apetito de los mosquitos.
El descubrimiento, que se publicó en el diario científico Cell esta semana, surgió de una broma hace varios años. De acuerdo con Leslie Vosshall de la Rockefeller University, investigadores decidieron darle a unos mosquitos aedes aegypti fármacos experimentales diseñados para reducir el apetito en humanos. Asumieron que los fármacos matarían al insecto o simplemente no tendrían efecto. Sin embargo, se llevaron la una gran sorpresa cuando funcionó.
Todo se reduce a lo que ocurre cuando el mosquito aedes aegypti, portador de virus como el Zika,pica a una persona. Después de comer, el peso de aedes aegypti incrementa hasta llegar al doble de su peso corporal. A continuación, el mosquito entra en una especie de coma mientras digiere la sangre y pone huevos. Durante esta fase, según Vosshall, “su interés en los movimientos humanos es cero”.
“Puedes poner tu mano en una jaula llena de hembras que acaban de alimentarse con sangre y no te picarán”, afirmó Vosshall.
Para probar su teoría, Vosshall le dio a los mosquitos unos fármacos que estimulan al neuropéptido Y, también conocido como NPY. El neuropéptido, entre otras funciones, controla el apetito. Después de que los mosquitos tomaran los fármacos, Vosshall los puso en un colector que tenía una media que se había puesto en el brazo en un extremo.

Normalmente, los mosquitos que no habían comido habrían sido atraídos al su olor. Sin embargo, en esta ocasión, la atracción a su olor se redujo por un 80%. Se estaban comportando como mosquitos que estaban llenos.
Vosshall decidió realizar otra prueba con ratones. En este caso, anestesió a ratones y los puso en jaulas con tres diferentes grupos de mosquitos aedes aegypti: mosquitos que no habían comido; mosquitos que habían tomado sangre; y mosquitos que habían recibido el fármaco que actuaba de forma efectiva sobre un receptor NPY específico.
Después de 15 minutos, los mosquitos que no habían comido habían picado a los ratones. Mientras tanto, los que habían comido y los que habían recibido en fármaco habían en mayor parte ignorado a los ratones. El fármaco había tenido éxito otra vez.
El descubrimiento representa un gran avance en el área de control de mosquitos. Además, también reafirma hallazgos de hace décadas que afirmaron que los mosquitos alimentados con sangre no pican.
No obstante, todavía hay trabajo por hacer. Vosshall y su equipo necesitan estabilizar la droga y también averiguar cómo extender su efecto. Actualmente, el efecto de suprimir el apetito en los mosquitos solo dura entre dos y tres días.
Además, aunque el hallazgo es emocionante, se tienen que considerar las consecuencias. Lisa Reimer, una investigador en la Liverpool School of Tropical Medicine, tiene una pregunta importante: ¿Es posible que los mosquitos cuyo apetito ha sido suprimido de forma temporal vivan por más tiempo?
No vaya ser que por solucionar un problema creamos otro.