El presidente de Bolivia, Luis Arce, no estará presente en la toma de posesión de Nicolás Maduro el próximo 10 de enero. Según informó la viceministra de Comunicación, Gabriela Alcón, el mandatario tiene compromisos relacionados con las actividades del Bicentenario, lo que ha llevado a la decisión de priorizar su agenda nacional. En su lugar, el Gobierno boliviano enviará una representación oficial para asistir al acto en Venezuela.
Esta ausencia ha despertado diversas interpretaciones entre analistas y observadores políticos. Para algunos, la decisión podría entenderse como un distanciamiento diplomático sutil hacia el gobierno venezolano, en un contexto en el que los vínculos entre ambas administraciones han sido cuestionados por sectores críticos. Otros señalan que se trata de una simple cuestión logística, considerando que la agenda presidencial está cargada de actividades cruciales para Bolivia en un año significativo como el Bicentenario.
Sin embargo, la compleja situación política en Venezuela también podría ser un factor de peso. La administración de Nicolás Maduro sigue siendo objeto de controversias internacionales, lo que podría llevar a algunos gobiernos aliados a actuar con mayor cautela. Si bien no se han emitido declaraciones oficiales que apunten a un cambio en la relación bilateral, la ausencia de Arce podría leerse como un gesto que combina pragmatismo político y diplomacia estratégica.
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