El crimen que acabó con la vida del capitán Aldunate se produjo la mañana de este pasado 19 de febrero de 2025, cuando salía de su domicilio en una zona residencial de Santa Cruz. El ataque, ejecutado por dos encapuchados que lo interceptaron y dispararon en al menos 15 ocasiones, evidenció un modus operandi propio del sicariato. Pocas horas después, se confirmó oficialmente que Aldunate formaba parte del equipo de seguridad del viceministro de Régimen Interior, Jhonny Aguilera. Este vínculo añadió un componente político al caso, elevando el interés público sobre las posibles razones detrás del atentado.
En su trayectoria policial, Aldunate desempeñó funciones en unidades clave como la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN), la Dirección de Análisis Criminal e Inteligencia (DACI) y la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC). Sin embargo, su carrera no estuvo libre de controversias. En 2022, su nombre apareció en un caso de presunta «siembra» de droga a un ciudadano colombiano. Según denuncias, agentes de la FELCN habrían colocado sustancias ilícitas en un vehículo durante una inspección, y Aldunate habría sido identificado entre los oficiales involucrados. Aunque el caso no se resolvió públicamente, este antecedente ha vuelto a tomar relevancia tras su asesinato.
Otro aspecto que ha llamado la atención es la aparente incongruencia entre el salario del capitán —que no superaba los 5.000 bolivianos mensuales— y el nivel de vida que mantenía. La vivienda donde ocurrió el crimen, ubicada en una zona de alto valor, y otras características de su estilo de vida han generado especulaciones sobre posibles actividades adicionales a su labor policial. Las autoridades manejan varias líneas de investigación, incluyendo la posibilidad de que su asesinato esté vinculado a estas inconsistencias. La opinión pública ahora espera respuestas claras que permitan entender si el caso de Aldunate se trató de un crimen aislado o si existen implicaciones de mayor alcance dentro de la estructura policial y política.
El viceministro de Régimen Interior, Jhonny Aguilera, negó por el momento que el asesinato del capitán José Aldunate haya sido un ajuste de cuentas y afirmó que se trató de una «vendetta» del crimen organizado en represalia por su labor. Sostuvo que no se encontraron vínculos del oficial con el narcotráfico y que el vehículo que usaba correspondía a un proceso judicial, mientras que su vivienda fue construida con una herencia familiar.
Redaccion central y agencias
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