Vie. Abr 18th, 2025

Mutún: El acero boliviano que promete transformar la economía y reducir la dependencia de importaciones

Con la puesta en marcha del Complejo Siderúrgico del Mutún en Puerto Suárez, Bolivia da un paso decisivo hacia la industrialización. Tras décadas de intentos fallidos, disputas contractuales y desafíos logísticos, el país inicia la producción de acero, reduciendo la dependencia de importaciones y fortaleciendo su economía. Pero ¿es este proyecto el impulso industrial que Bolivia necesitaba o un logro con sombras que aún deben disiparse?

La inauguración del Complejo Siderúrgico del Mutún representa mucho más que el inicio de operaciones de una planta industrial; simboliza el ingreso de Bolivia a una nueva etapa en la que deja de ser únicamente exportadora de materia prima para transformarse en productora de acero. Con una inversión de 546 millones de dólares y una capacidad inicial de 200,000 toneladas anuales de barras corrugadas y alambrón, se espera cubrir el 50% de las importaciones nacionales, generando un ahorro aproximado de 200 millones de dólares al año.

Este proyecto, cuya génesis se remonta a 2007 bajo el gobierno de Evo Morales y que fracasó en su primer intento con la india Jindal Steel & Power, encontró su impulso definitivo durante la administración de Luis Arce. El acuerdo con la empresa china Sinosteel en 2016, aunque afectado por la pandemia y desafíos financieros, finalmente culmina hoy con la promesa de 700 empleos directos y más de 2,000 indirectos, dinamizando la economía de Puerto Suárez y de toda la región oriental.

Vista panorámica del Complejo

A nivel técnico, el complejo cuenta con siete plantas interconectadas que, a pleno rendimiento, podrían generar hasta 260 millones de dólares en ingresos anuales. La implementación de tecnología de última generación, proveniente de China, Alemania y España, garantiza un proceso eficiente y con impactos ambientales controlados, según las autoridades. Sin embargo, críticos del Comité Cívico de Santa Cruz, como Dino Franco, advierten sobre fallos técnicos y posibles impactos ambientales en el Pantanal boliviano, generando dudas sobre la sostenibilidad del proyecto.

El presidente Luis Arce ha resaltado el rol fundamental del Estado en este proceso de industrialización. «La industrialización no es cuento, es una realidad. Estamos demostrando que sí se puede industrializar el país, que eso depende de la decisión política de un Gobierno decidido a producir y construir una economía sólida y diversificada», afirmó en el acto de inauguración.

El reto ahora es consolidar esta apuesta industrial, asegurar su sostenibilidad ambiental y técnica, y explorar mercados de exportación que potencien su crecimiento. Bolivia ha dado un gran paso, pero queda por ver si el Complejo Siderúrgico del Mutún se consolidará como el motor industrial que impulse una economía diversificada o si enfrentará nuevas pruebas que pondrán a prueba su viabilidad a largo plazo.

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